jueves, 28 de octubre de 2010

Extraña felicidad



Abrazarme a tu cuerpo y llorar. Sentir que mis lágrimas se fundían en el calor de tu hombro. Fue el dolor mas felíz que sentí.
No fue una despedia, fue un "hasta siempre", quizá en otra vida nos volvamos a ver, quizá la historia se vuelva a escribir, y en algún lugar del mundo, cuando nos reencontremos, mis labios ya no temblaran al besar los tuyos, y en mis ojos las lágrimas no tendrán lugar, pués seremos felices...
Alguna vez, alguna otra vez.... 



 

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