lunes, 9 de mayo de 2016

Átono.


Quisiera detenerte cuando achico la mirada,
separarte de mi beso,
como si no fueras nada,
desecharte por completo,
resecarte en los recuerdos,
contemplarte tan lejano
como un punto en el desierto,
porque dueles en el fondo
desde afuera y desde adentro.
Si me mojas la mirada
si me empeñas en tu juego
si me abrazo a tu espalda
es que no entendemos nada.
No merezco ser aquello
que acobardas en la mañana,
el despojo de tus miedos
ni el desastre que esperabas.
Si te burlas de mi amor,
si desprestigias mi caricia,
si me robas la almohada
es que entonces no comprendes
no lo sientes y me hieres.
Ese espacio entre tu hombro y tu cuello
es el ángulo perfecto
donde guardo todo aquello
los suspiros y el aliento.
Si me desdoblo sobre tu cuerpo desnudo,
si te estrujo sobre mi pecho débil,
si no callo y hago un mundo
es que te amo sin precedentes.
En la noche como una demente
te busco en la vacío izquierdo de la cama
donde duele, y huele a mar.
Ya no queda ni la sombra
lo que fue ya no es mas.




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