miércoles, 20 de febrero de 2013

Justo.



Justo dejamos de estar juntos cuando empiezan los días fríos, en los que nos toca acurrucarnos bajo tu cubrecamas de plumas y charlar por horas, reír y besar.

Justo nos dejamos cuando a mi me empezaba a gustar el café y a vos el té.
Justo nos dejamos cuando estaba aprendiendo a cocinarte las comidas que no te dan alergia.
Justo nos dejamos cuando estaba comenzando a acostumbrarme a tus horarios, tus tiempos de silencio, tus horas de serie.
Justo nos dejamos cuando de repente entendí todos tus miedos y me preparaba para ayudarte a enfrentarlos.
Justo nos dejamos cuando comenzaba a aceptarme enamorada.
Justo nos dejamos cuando empezaba a proyectar y armar mi vida a tu lado.
Justo nos dejamos cuando comprendía eso que los poetas y los sabios llaman amor.
Justo nos dejamos cuando descubría que no se puede amar mas, porque no hay mas.
Justo, justito en ese momento en el que me decías adiós yo estaba entendiendo lo bueno de vivir, lo lindo de respirarte, lo suave de tus labios, lo triste de tus ojos, lo maravilloso de tus manos.

Justo, cuando nada parece menos justo que tu adiós.


No hay comentarios:

Publicar un comentario