martes, 30 de octubre de 2012

Caminando por tu belleza.



El universo se concentra en un solo punto,
mi universo se concentra en un solo punto.
Es ese punto que conozco completo,
ese punto que te recorre lentamente contorneando tu amplia espalda,
fría en el verano, cálida en el invierno.
Extenso mapa de lunares,
cada uno marca un secreto que de a poco voy descifrando,
conozco su aroma,
su textura y su color;
la conozco completa, desde arriba hacia abajo,
la he recorrido tantas veces con las yemas de mis dedos que ya es casi mía.
Luego te volteas hacia mí dejando ver mi parte preferida,
tu rostro dormido,
                              calmo,
                                         quieto,
                                                    silencioso,
                                                                     perfecto.
Tus cejas doradas arqueadas,
se asemejan al sol en sus últimos minutos sobre el cielo;
tus ojos, destellos de dolor encajonado,
de luz agotada, de amor apagado,
me miran,
brillan mas y se cierran,
vuelven a dormir.
Tu nariz, un tobogán de magia que converge en la perfección algodonada de tu boca.
Ay si pudiera tirarme por ese tobogán y aterrizar en tus labios,
caminar de comisura a comisura,
abrazarlos y olerlos,
sentarme en la orilla y pensarte,
luego,
reposarme y dormirme,
sería el paraíso perdido por los primeros que habitaron la tierra;
y así despacito hacerme parte de cada
centímetro,
                  poro,
                          lunar,
                                   cicatriz
                                              de tu cuerpo.





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