Amanece.
Cuánto te quiero, me duele pensarlo,
pero amanece en las sierras
el agua baja por el camino a tu cuello,
tu mirada tan lúcida, tus pupilas al son,
amanece y ya no quiero que salga el sol.
Ser el retrato eterno de la tempestad y el refugio.
Mi asilo en tu mirada me da permiso,
no quiero ser huérfana de vos,
acompáñame en el viaje,
te quiero en el desayuno en la cama,
te quiero de postre sobre las sábanas.
Transformé el ego en valentía,
tengo ganas de ser aquello que pensé que no sentía,
duele un corte y tu piel, no puede ser mas real,
porque es abstracto en el beso
y en el ensueño tan leal.
El amor somos los dos
durmiendo separados, soñándonos juntos.
Si esperé tanto a la vida
¿cómo quedarme atrás?
Voy al frente sin peros ni porqués,
aunque tiemble martes a las seis,
no importa cuanto tardes,
si años, uno, dos o cien,
te esperaré en silencio
en el alba y el atardecer.
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